La crisis política que terminó con la salida de Nicolás Posse y su reemplazo por Guillermo Francos abrió un nuevo capítulo dentro del esquema de poder de Javier Milei. El nuevo jefe de Gabinete no solo tendrá la tarea de destrabar la Ley Bases y acelerar la gestión, sino que delegará el plan de "saneamiento" de las empresas públicas y las privatizaciones en Federico Sturzenegger, un "duro" históricamente enfrentado a Luis Caputo.

La alternativa que suena más fuerte por estas horas es que el nuevo ministro de confianza del Presidente asumirá tareas que estaban a cargo de Posse, como el control de Aerolíneas Argentinas, Correo Argentino o Aysa, lo cual podría derivar en la salida del secretario de Empresas y Sociedades del Estado, Mauricio González Botto. "Sturzenegger va a venir a ocupar un rol en eso (el saneamiento)", confirmaron desde el Gabinete.

Esas empresas pasaron a fines de enero bajo la órbita de jefatura de Gabinete después del desguace del Ministerio de Infraestructura y el desalojo de Guillermo Ferraro. El exempleado de Corporación América se quedó además con Corredores Viales, Administración General de Puertos (ADP), Télam y Arsat, mientras Caputo sumó las de energía (Enarsa, Cammesa, Yacimientos Río Turbio, YPF) y transporte (Belgrano Cargas, Ferrocarriles Argentinos).

En tiempos de Mauricio Macri, las empresas desfilaban por los despachos de los viceministros coordinadores Mario Quintana y Gustavo Lopetegui para que les aprueben sus planes de negocios. Ahora, el ministro de Economía delegó en Eduardo Chirillo el saneamiento del área energética, con la excepción de YPF. El secretario de Energía lleva un control estrecho de los subsidios, aunque ya hubo roces: Botto pidió información de algunas empresas y no se la dieron.

El funcionario con pasado en el Banco Itaú dejó la actividad privada cuando fue convocado al gobierno por Posse. Junto con su subsecretario de apoyo legal, Patricio Jaccoud, pasó a monitorear en forma estrecha el grueso de las 45 empresas estatales, como Aysa -de las que es director- y Aerolíneas Argentinas, con el objetivo de reducir el déficit operativo y eliminar las transferencias del Estado a fin de año mediante la suba de tarifas y la reducción de personal.

Con unos 7.400 empleados, Aysa se desprendió de 800 empleados (600 por retiro voluntario y 200 con cesantías), un número que para fines de junio debería alcanzar los 1.200 puestos. Aerolíneas Argentinas busca sumar retiros voluntarios entre los casi 8.000 trabajadores en tierra que posee la firma, pero hasta ahora sólo 200 personas aceptaron la oferta. Y en Correo Argentino ya redujo el 20% de su personal, entre 2.000 retiros y 1.100 contratos.

En el caso de los ferrocarriles, el accidente del San Martín, que dejó casi un centenar de heridos, marcó un punto de quiebre y frenó los planes de ajuste en el Ministerio de Economía. Ahora, con el ascenso del asesor estrella de Milei, se preparan para posibles cambios.

"Sturzenegger va a tener parte de las empresas a privatizar que están en la Jefatura de Gabinete y el Ministerio de Economía seguirá con las que tiene", señalaron fuentes oficiales.

El desembarco de Sturzenegger no será en soledad. En las últimas semanas, estuvo presentando a su equipo en sociedad. "Levantá la mano", les dijo a Maximiliano Fariña y Marcelo Hernández durante un almuerzo en el Rotary de Buenos Aires para que los empresarios los identifiquen. El economista viene trabajando en Olivos junto a ellos y su exnúmero 2 en el Banco Central, Lucas Llach, Rojas Shunko, Joaquín Rotoli y Maximiliano Vonkesselstat. /Clarín