En la sala de reuniones de la Comisión de la Mujer del Concejo Deliberante de San Miguel de Tucumán, presidida por la concejala Ana González, se vivió una jornada de exposición y pedido formal. Integrantes de la Mesa por la Paridad de Tucumán presentaron un pronunciamiento a favor de la Ley de Paridad de Género y pidieron a concejales y dirigentes partidarios que lleven el tema a la agenda institucional y partidaria. El tono de la demanda fue claro: no basta el respaldo protocolar desde el recinto; la paridad requiere que cada fuerza política adopte la bandera internamente para que los legisladores provinciales lleguen al debate con una postura definida.

Las representantes de la Mesa subrayaron que Tucumán sigue siendo la única provincia del país sin una norma de este tipo y reclamaron compromiso: “Necesitamos que cada dirigente lleve esta bandera dentro de sus partidos, para que los legisladores provinciales lleguen al debate con una postura clara de apoyo a la paridad”, dijeron.

Ante la presentación, los concejales Carlos Ale y Ana González expresaron su respaldo. Ale señaló que la paridad “no es una concesión, es un derecho”, y agregó que garantizar la representación política de mujeres y diversidades en igualdad de condiciones es un paso necesario para fortalecer la democracia. En su intervención se enfatizó la idea de corregir una anomalía provinciana que mantiene a Tucumán como excepción en el mapa nacional.

La Ley de Paridad de Género propone que las listas de candidatos para cargos legislativos estén integradas en un 50% por mujeres y un 50% por varones, ordenadas de forma alternada y secuencial —el llamado sistema de “cremallera” (mujer‑varón o varón‑mujer). La medida busca evitar listas mayoritariamente masculinas y la relegación de mujeres a los últimos lugares, imponiendo una integración equilibrada en todas las nóminas.

En la exposición se resumieron los argumentos a favor de la paridad: equidad en la representación, al considerar que las mujeres constituyen más de la mitad del padrón electoral; fortalecimiento de la democracia por la pluralidad de miradas en los órganos legislativos; continuidad normativa respecto de las leyes de cupo femenino, que hoy resultan insuficientes; cumplimiento de compromisos internacionales de Argentina en materia de igualdad de género; y un impacto social concreto, pues la mayor participación de mujeres facilita la inclusión en la agenda política de temas como salud, educación, cuidados, niñez y ambiente.

El balance del encuentro fue contundente en términos de urgencia: mientras el resto de las provincias avanzó en la aprobación de leyes de paridad, Tucumán mantiene una laguna normativa que, para quienes participaron de la reunión, representa una deuda con las mujeres y diversidades de la provincia. El pronunciamiento de la Mesa por la Paridad y el respaldo de algunos concejales buscan colocar la norma en la agenda legislativa provincial con carácter prioritario, apelando a un compromiso conjunto entre representantes, partidos y sociedad civil.

La sesión dejó en claro que el debate no se restringe a definiciones técnicas sobre candidaturas: atraviesa decisiones partidarias, equilibrios institucionales y una demanda social acumulada. La pregunta implícita quedó planteada ante los presentes y ante la ciudadanía tucumana: si la paridad es una herramienta para democratizar la representación, ¿qué pasos faltan para que deje de ser una excepción y se convierta en norma vigente en la provincia?