En medio de las  idas y vueltas entre senadores y la vicepresidenta y titular de la Cámara alta, Victoria Villarruel, por el eventual descongelamiento de los haberes  de los legisladores a partir de 2025,  durante el corriente mes se activó la famosa dieta 13, votada en abril pasado en el recinto,  y los integrantes del Cuerpo recibirán medio aguinaldo en enero próximo. Se trata de, aproximadamente,  2,5 millones de pesos en bruto.

Para entender la trifulca por los sueldos hay que retrotraerse a abril, cuando los hoy peleadísimos oficialismo y oposición  pactaron un nuevo sistema de dietas y lo aprobaron en el recinto.  Desde ahí, los mismos pasaron a estar compuestos por 2.500 módulos, más un adicional de 1.000 por gastos de representación y 500 extra, por desarraigo.

Sobre este último punto, sólo cuatro no lo cobran. Además, los legisladores se agregaron una dieta más a las 12 actuales para compensar el aguinaldo. Esto representó, desde dicho meses,  más de $7 millones en brutoLa única senadora que no entra en esta lógica es Alicia Kirchner: cuando ingresó en la Cámara alta, prefirió mantener su jubilación y no recibe pagos por su trabajo en el Cuerpo.

Tras la polémica generada ante el penúltimo aumento otorgado a empleados legislativos -que estaba atado al de los senadores- del 6,6% para julio y agosto, el pleno de la Cámara alta anuló la suba en cuestión y congeló sus dietas hasta el 31 de diciembre, en una votación unánime, con 65 adhesiones.

El aumento que llegó para quedarse: ¿quién dijo austeridad?

El aumento de las dietas de los senadores comenzó con un "modesto" ajuste en abril de 2024. Lo que en su momento parecía una medida aislada para "ajustar" los salarios a la realidad del Congreso, terminó siendo una escalada de cifras que dejó a muchos con la boca abierta. La resolución 8/24 aprobada por el Senado estableció que, en lugar de los 1,9 millones de pesos anteriores, los senadores recibirían un aumento que los llevaba a 7,8 millones de pesos brutos mensuales. En ese momento, muchos se rasgaron las vestiduras. Pero, como en una obra de teatro de terror político, a mitad de año ese monto se elevó a más de 9 millones de pesos. Y aún falta.

¿Por qué? Porque el aumento no fue una decisión aislada, sino parte de un sistema de actualización automática basado en módulos, que llevó las dietas de los senadores a niveles estratosféricos, vinculados a los sueldos de los empleados legislativos. Pero no contentos con esta "modesta" actualización, el 1 de enero de 2024, las dietas subirán aún más: 9,5 millones de pesos mensuales.

¿Congelar las dietas? "No soy quien toma las decisiones", dijo Villarruel

Cuando la vicepresidenta Victoria Villarruel, quien preside el Senado, intentó poner sobre la mesa la posibilidad de prorrogar el congelamiento de las dietas, la respuesta fue un rotundo "no". Durante una conferencia de prensa, Villarruel comentó que había solicitado que el tema se incluyera en el temario de la última sesión, pero no tuvo éxito. "Espero que los senadores lo traten, porque no soy senadora, no soy quien toma las decisiones", dijo con cara seria, como si el dilema de los aumentos salariales fuera simplemente un tema de orden interno del Senado y no una cuestión que involucra a toda la sociedad.

¿Congelar las dietas? La respuesta política parece clara: no. A menos que se logre un acuerdo en el que la dieta no se actualice de acuerdo con la inflación, el Senado se prepara para seguir sumando cifras estratosféricas, al margen de las necesidades de una población cada vez más empobrecida.