Con la caída de Ficha Limpia y la voltereta de último segundo de los misioneros renovadores -no massistas- Carlos Arce y Sonia Rojas Decut, el Senado terminó de quebrar la poca confianza que quedaba entre los bloques. La contradicción de los legisladores, que dijeron en público que apoyarían la reventada ley, expuso una situación aún más penosa que llena de incertidumbre para la agenda de corto y mediano plazo: la falta de palabra.

“Los misioneros atornillaron el ataúd del Senado con el papelón que se mandaron. Encima, los malos sacaron, ese mismo miércoles a la noche, una tajada del tortazo. Eso es lo más delirante. El problema es cómo recuperar lazos en una institución donde dos personas te dicen algo en privado y también en público durante un mes y luego votan lo contrario, con cara de piedra, para ‘rajar’ rápido y a escondidas del recinto”, sentenciaron desde un despacho con peso en la Cámara alta.

En todo ese escenario, se instalaron muchas sospechas en el Senado y creció la posibilidad de que la ley se modificara para volver a tratarse en Diputados después de las elecciones porteñas. O que directamente sea rechazada, que fue lo que ocurrió el miércoles por la noche, en medio de un escándalo.

Sigue el escándalo por Ficha Limpia y se ha quebrado la confianza en el Congreso

Los responsables habían dejado los dedos marcados y Misiones quedó en el medio de la polémica. Los senadores Sonia Rojas Decut y Carlos Arce se habían dado vuelta, votando en contra.

Esa noche, con Milei a la cabeza, el Gobierno descargó toda la responsabilidad por la caída de Ficha Limpia en el PRO y el periodismo.

Todo estaba saliendo a pedir de los libertarios hasta que desde Misiones llegó la noticia que el jefe político de los dos senadores, el exgobernador Carlos Rovira, había admitido que ordenó votar en contra por pedido de Milei.

Desde el Gobierno nacional salieron a desmentir rápidamente la versión y cualquier contacto de Milei con Rovira.

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Fue el propio jefe de Gabinete, Guillermo Francos, el encargado de defender al Presidente: “No tiene ni el teléfono (de Rovira)”, dijo. Pero en Misiones se instaló la versión de que el pedido no llegó directamente de Milei sino a través de Santiago Caputo, o de alguien cercano al súper asesor.

Francos se había asomado al escándalo horas antes cuando reconoció que estaban los votos para la aprobación de Ficha Limpia después de que el propio Milei dijera lo contrario.

El tiempo dirá quién tiene la razón, pero lo concreto es que la caída del proyecto de ley deja en superficie olas que benefician a Milei y sus libertarios.

Sigue el escándalo por Ficha Limpia y se ha quebrado la confianza en el Congreso

Cristina Kirchner podrá ser candidata a legisladora bonaerense o nacional. Su presencia profundiza el enfrentamiento de la expresidenta con el gobernador Axel Kicillof y el peronismo provincial. Y además, Lospennato se quedó sin una victoria política. Lo que se dice una carambola a tres bandas.

La propia Lospennato no pudo ocultar su furia y frustración el mismo miércoles. Hasta pensó en renunciar a su candidatura, pero fue convencida por el propio Mauricio Macri para continuar la lucha.

Macri también reconoció que lo ocurrido en el Senado hizo más compleja aún la posibilidad de un acuerdo electoral en la provincia de Buenos Aires, donde ya venía complicado porque el PRO quiere una alianza partidaria que incluya también a radicales y Milei solo quiere sumar macristas a las listas de LLA.

Habrá que esperar el resultado de las elecciones del próximo domingo en la Ciudad de Buenos Aires para, a partir de ese momento, barajar y dar de nuevo.

Debajo de las alfombras siempre quedan en pie algunas líneas de contacto. Una de ellas apuntaría nada menos que a la Corte Suprema de Justicia: el martes último, durante una reunión de Asuntos Constitucionales, fue Vigo quien deslizó una pronta llamada para discutir la integración y el cupo femenino. Es algo que no desmintieron el oficialismo ni dos bancadas dialoguistas.

Un segundo punto sería el tratamiento para modificar la Auditoría General de la Nación (AGN) -que contó este medio días atrás-, ya sea para sumar butacas en el órgano de control externo del Gobierno, o para achicar los plazos de sus representantes. Y, claro está, se aguardan los más de 150 pliegos judiciales. En resumidas cuentas, una bandeja repleta de poder, donde se juega el futuro de varias áreas sensibles de gestión. Un panorama donde conviven libertarios, kirchneristas y dialoguistas que, a esta altura, se cuestionan cada vez más los próximos pasos a seguir. Son los famosos elefantes que pasan sin ser vistos.