Los residuos plásticos pueden tener todas las formas y tamaños, pero los que miden menos de cinco milímetros se llaman “microplásticos”. Se han encontrado en diferentes lugares, desde el cuerpo humano hasta el polvo, los productos de limpieza o la lluvia.

Un nuevo estudio científico realizado en Noruega planteó la posibilidad de un nuevo riesgo de los microplásticos. Postulan que el tratamiento que se hace de las aguas residuales no logra eliminar a varios patógenos que se ocultan en microplásticos presentes en el agua.

Las plantas de tratamiento o estaciones depuradoras de aguas residuales (que vienen de los hogares, las industrias, y otras instalaciones) se diseñan en las ciudades para eliminar contaminantes.

Pero el estudio liderado por la científica Ingun Lund Witsø de la Universidad Noruega de Ciencias de la Vida, descubrió que los microplásticos persisten y pueden ser colonizados por una película microbiana pegajosa. El hallazgo fue publicado en la revista de acceso abierto PLOS ONE.

Qué tan peligrosos son los microplásticos

Los microplásticos son diminutas partículas de plástico, que están compuestas por polímeros y aditivos potencialmente tóxicos.

En agosto del año pasado, Luis Francisco Sánchez, asesor regional de salud, ambiente y cambio climático de la OPS, indicó que, “si bien el impacto de los microplásticos en la salud humana aún no está completamente comprendido, existe preocupación por posibles efectos respiratorios, endocrinos y cardiovasculares”.

Hay investigaciones en curso sobre los impactos de los microplásticos en todo el mundo, y ya se habla de “plastiferas” que son biopelículas microbianas que colonizan las superficies de plástico. Se cree que las comunidades de plastiferas favorecen la propagación y supervivencia de posibles patógenos humanos.

Qué aportó el nuevo estudio

Los científicos noruegos intentaron identificar patógenos en las plastiferas de aguas residuales, concretamente patógenos transmitidos por los alimentos. Porque consideraron que podrían representar un riesgo para la salud humana y el ambiente cuando se liberan las aguas residuales tratadas y los lodos o barros.

Consiguieron detectar patógenos de transmisión alimentaria en plastiferas presentes en tres tipos de plásticos en aguas residuales. Cultivaron los microorganismos y utilizaron técnicas genéticas para analizar la diversidad y los miembros de las comunidades de las plastiferas.

El equipo encontró evidencia de bacterias y virus patógenos, incluyendo Listeria monocytogenesEscherichia coli, norovirus y adenovirus. También lograron cultivar Klebsiella pneumoniae y Acinetobacter spp. tanto en aguas residuales crudas como tratadas.

Los resultados indican que los biofilms de las plastiferas probablemente protegen a los patógenos durante el proceso de tratamiento de aguas residuales.

Es decir, las plastiferas pueden albergar y propagar patógenos, y eso representa un desafío para la reutilización segura de aguas residuales.

“Sin tratamiento y sin una gestión de residuos plásticos eficientes, esas aguas podrían actuar como vehículos de transferencia de patógenos asociados a plásticos hacia la cadena alimentaria”, alertó el grupo de investigadores, que contó con un subsidio de la institución pública llamada Consejo de Investigación Noruego.

“Los plásticos en las plantas de tratamiento de aguas residuales son colonizados por biofilms microbianos, o plastiferas, que pueden albergar patógenos, incluidos ListeriaEscherichia coliKlebsiella pneumoniae y Acinetobacter spp., los cuales persisten a través de los procesos de tratamiento”, escribieron.

El estudio visibiliza “el potencial de las plastiferas para contribuir a la propagación de patógenos a partir de aguas residuales tratadas, planteando desafíos para la salud ambiental y los esfuerzos de reutilización de agua”, añadieron.