En un mundo contemporáneo caracterizado por el estrés, la ansiedad y el agotamiento mental, el bienestar emocional se vuelve un aspecto fundamental de la vida cotidiana. A pesar de su importancia, la salud mental se encuentra frecuentemente desatendida, atrapada en medio del ruido social y digital que nos rodea. Esto plantea la interrogante sobre cómo alcanzar la felicidad plena, una cuestión que ha suscitado una infinidad de respuestas a lo largo de la historia, aunque algunas se destacan por su claridad y profundidad.

Un ejemplo significativo es el de Arthur C. Brooks, un reconocido escritor, académico y conferencista estadounidense. En una reciente entrevista en el programa de radio conducido por Ken Coleman, Brooks expuso su perspectiva acerca de los pilares fundamentales que sustentan una vida feliz. Según su análisis, existen cuatro prácticas clave que distinguen a las personas genuinamente felices: la fe religiosa, la cercanía con la familia, la presencia de amistades auténticas y la capacidad de encontrar significado en el trabajo.

Brooks sintetiza su visión al afirmar que “una persona verdaderamente feliz tiene una vida espiritual activa, vínculos familiares sólidos, amigos de verdad y un trabajo que le ofrece propósito, no solo un sueldo”. Este enfoque resalta que estos cuatro factores se desarrollan fuera del ámbito individualista, fomentando la conexión humana y espiritual, lo que ha suscitado tanto elogios como críticas.

¿Qué hacen las personas verdaderamente felices? Un experto revela las 4 claves

El planteamiento de Brooks ha generado un intenso debate en redes sociales, donde muchos argumentan que estos pilares pueden implicar una codependencia emocional respecto a factores externos, en lugar de promover una autosuficiencia emocional. Sin embargo, el autor sostiene que la auténtica felicidad no proviene del aislamiento ni del hedonismo, sino de la profundidad de los vínculos y del sentido de propósito en la vida.

La importancia de los lazos humanos

En consonancia con esta línea de pensamiento, Brooks también ha reflexionado sobre la dinámica entre padres e hijos en la era digital. En sus palabras, “Si quieres que tus hijos practiquen la fe, tú debes practicarla. Si no quieres que estén todo el tiempo en el celular, tú también tienes que dejar el tuyo. No les importa lo que digas. Te están viendo”. Para él, el ejemplo que ofrecen los adultos es más poderoso que cualquier consejo verbal.

Por otro lado, el filósofo español David Pastor Vico abordó un tema similar en el pódcast Animales Humanos, donde expresó su preocupación: “Nos da miedo la calle, pero no nos da miedo ponerle un teléfono en las manos a un niño. El peligro ya no está en la calle, está en ese aparato”. Vico subraya el nivel de dependencia emocional y física que los niños desarrollan frente a las pantallas, afirmando que “se están chutando con eso. Y no es solo culpa del aparato, sino de nosotros, que hemos retrocedido y los hemos encerrado”.

¿Qué hacen las personas verdaderamente felices? Un experto revela las 4 claves

En tiempos de hiperconectividad, tanto Brooks como Vico coinciden en que los lazos humanos, el ejemplo coherente de los adultos y un propósito trascendente son esenciales para vivir con plenitud. En este contexto, el retorno a lo esencial podría ser el verdadero camino hacia la felicidad.