Alergia vs. enfermedad respiratoria: cómo diferenciarlas y cuándo preocuparse
Un médico alergista explicó cuáles son los síntomas que ayudan a distinguir entre cuadros alérgicos y enfermedades virales.
La diferencia principal entre alergia y enfermedad respiratoria es la causa y los síntomas asociados: las alergias son una reacción del sistema inmunitario a sustancias inofensivas (alérgenos), provocando síntomas como picazón de ojos, secreción nasal acuosa y estornudos, y no suelen causar fiebre o dolor corporal. En cambio, una enfermedad respiratoria es una infección causada por virus o bacterias (como un resfriado o gripe) que se desarrolla más gradualmente, puede durar de 3 a 10 días y a menudo incluye fiebre, dolor de garganta, dolores corporales y mucosidad más densa.
El médico alergista Miguel Lisanti dio detalles a través del medio Aconcagua Radio: “Ambas pueden producir picazón nasal, estornudos, secreción nasal, incluso lagrimeo y picazón de los ojos. Pero la alergia no produce fiebre. Ese es un signo de alarma de que estamos frente a una infección viral”, subrayó.
Según el especialista, en primavera y otoño circulan cerca de 200 virus respiratorios que los niños transmiten con facilidad en la escuela y luego llevan a sus hogares, contagiando a padres y abuelos. “Los chicos son los grandes actores de estas enfermedades. No tienen anticuerpos contra la mayoría de estos virus, y deben enfermarlos para desarrollar defensas, como parte de su aprendizaje inmunológico”, explicó.
La fiebre como señal
Una de las confusiones más frecuentes entre padres es la relación entre fiebre y alergia. Lisanti fue claro: “La fiebre puede aparecer al inicio o de forma tardía, incluso durar varios días con intervalos de descenso. Es la alarma del sistema inmune de que hay un agente extraño. No siempre debe bajarse rápidamente, porque cumple una función defensiva”.
El médico advirtió sobre el uso excesivo de antibióticos, muchas veces indicados sin necesidad: “En el 90% de los casos no son necesarios. Abusar de ellos daña la microbiota intestinal, que es nuestro segundo cerebro. Lo correcto sería hacer un cultivo antes de indicar un antibiótico”.
Factores climáticos y ambientales
El incremento de casos también se vincula con las recientes condiciones climáticas. “Pasamos en pocos días de 19 a 50 grados, con gran humedad. Eso favorece hongos como aspergillus y alternaria, que generan alergias, además del brote de árboles que libera polen y partículas al aire”, explicó Lisanti.
Este escenario, sumado a la crisis económica que lleva a más pacientes a recurrir a hospitales públicos, derivó en un aumento de consultas.
Cuidados y prevención
El especialista insistió en la importancia de los cuidados familiares, especialmente al visitar a adultos mayores o personas con enfermedades respiratorias crónicas: “Los chicos pueden llevar el virus a la mesa del domingo. En los abuelos, que tienen su sistema inmune más debilitado, el impacto puede ser mayor. Hay que tomar recaudos sin aislarlos, porque enfermarse también forma parte del proceso de generar defensas”.
En este sentido, Lisanti recomendó acompañar a los niños en sus procesos de adaptación inmunológica, pero evitando prácticas riesgosas: “Que jueguen con barro está bien, pero que no se pasen los mocos por la cabeza, por favor”, ironizó.