Argentina: aumentan los casos de tuberculosis en jóvenes de entre 15 y 19 años
Cada día mueren cinco personas por esta enfermedad en Argentina. El 60% de los nuevos casos corresponde a personas jóvenes, y la tasa en adolescentes ya supera a la de los adultos mayores.
Aunque muchos creen que la tuberculosis está erradicada, la realidad muestra lo contrario. En Argentina, cada día se detectan unos 45 nuevos casos y mueren cinco personas por esta causa. Un dato a tener encuenta es que afecta cada vez más a jóvenes y adolescentes.
La tuberculosis avanza
En 2024, Argentina registró 16.647 casos de tuberculosis (TB), lo que representa un aumento del 9,2% en comparación con el año anterior. La tasa de notificación alcanzó los 35,4 casos por cada 100.000 habitantes, según el último Boletín Epidemiológico Nacional del Ministerio de Salud de la Nación.
La mayoría de los casos (85%) afecta los pulmones, lo que incrementa el riesgo de contagio por vía aérea. Y si bien es una enfermedad prevenible, tratable y curable, sigue generando complicaciones graves y, en muchos casos, la muerte. En 2023, hubo 825 muertes por tuberculosis en el país, lo que equivale a cinco fallecimientos por día.
El 60,7% de los nuevos casos se concentra en personas de entre 15 y 44 años. Particularmente, el grupo de adolescentes entre 15 y 19 años: la tasa de notificación fue de 43,5 por cada 100.000 habitantes, superando incluso a la de los adultos mayores. En total, se notificaron 1.540 casos en este grupo etario.

Tosedores adolescentes
La TB en la adolescencia suele ser altamente contagiosa. A esta edad, las personas tienen una vida social activa y están en contacto frecuente con compañeros en escuelas, clubes o eventos culturales, lo que facilita la diseminación del bacilo de Koch, el agente causante de la enfermedad.
Además, el estigma social y el desconocimiento sobre la tuberculosis dificultan la consulta médica oportuna. Según los expertos, muchos adolescentes evitan hablar sobre sus síntomas por miedo o vergüenza.
Desigualdad y pobreza
La tuberculosis afecta especialmente a quienes viven en contextos de vulnerabilidad. Las provincias con mayor cantidad de casos son Buenos Aires, CABA, Jujuy y Salta. En Jujuy, por ejemplo, la tasa de notificación fue de 65,6 cada 100.000 habitantes, casi el doble que el promedio nacional.
“El hacinamiento, la mala alimentación y el acceso limitado al sistema de salud son factores determinantes”, señalaron desde el Ministerio de Salud. Estas condiciones facilitan la transmisión del bacilo y dificultan tanto la detección temprana como la continuidad de los tratamientos.
En 2024, más de 1.300 casos se registraron en menores de 15 años. Y entre los adolescentes, el 53,4% de los casos ocurrió en varones, aunque en los grupos de 0 a 4 y 10 a 14 años se notificaron más casos en mujeres.
Pruebas rápidas
El diagnóstico temprano es fundamental para cortar la cadena de transmisión. En los últimos años, Argentina incorporó nuevas tecnologías para acelerar la detección. Las pruebas moleculares rápidas (como la Xpert MTB/RIF) permiten confirmar el diagnóstico y detectar resistencias en pocas horas.
En 2024, el 27% de los casos fueron evaluados con estas pruebas, y en provincias como Santa Fe el uso superó el 60%. No obstante, aún queda mucho por hacer. En menores de 20 años, solo tres de cada diez fueron estudiados con estas herramientas, cuando deberían ser prioridad.
Coinfección con VIH
Otro aspecto preocupante es la coinfección con VIH. El 35% de los pacientes con tuberculosis fueron testeados para VIH, y uno de cada cinco resultó positivo. Esto representa un doble riesgo, ya que la combinación de ambas enfermedades debilita severamente el sistema inmunológico.
Por otro lado, en 2024 se notificaron 314 casos de tuberculosis con alguna resistencia a los medicamentos. De ellos, 103 fueron multirresistentes y 15 presentaron formas extensamente resistentes. Buenos Aires, CABA y Santa Fe concentraron más del 80% de estos casos.
La vacuna BCG, que se aplica al nacer, protege contra las formas graves de tuberculosis en la infancia. Pero no es suficiente. La prevención requiere un enfoque integral: mejora de las condiciones de vida, búsqueda activa de casos, diagnóstico temprano, seguimiento de contactos estrechos y tratamiento completo.