El arroz, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), es el cereal más popularmente consumido y uno de los más producidos a nivel global. Las razones radican en su facilidad de cultivo y su durabilidad post-cosecha. Además de que puede conservarse en condiciones climáticas variadas.

Asimismo, ante la abundancia en vitaminas, minerales y fibras que lo componen, el arroz cuenta con carbohidratos simples que se digieren más rápido. Sin embargo, pese a sus aspectos positivos, cuando se trata de bajar de peso, muchas personas evitan ingerirlo por su contenido calórico.

¿La razón? El almidón digerible se convierte en glucosa en el estómago que se absorben en el intestino delgado y, si no se quema a través de la actividad física, puede contribuir al aumento de peso debido a que la parte que no se aprovecha se convierte en glucógeno o grasa.

Más allá de esta situación, el arroz es un alimento natural, una fuente esencial de energía para el funcionamiento correcto del cuerpo y es compatible con una alimentación saludable, según advierten los expertos. Las versiones integrales son consideradas más saludables, ya que en las refinadas se elimina parte de la fibra y los minerales presentes en el cereal. Incluso, al mantenerse de este modo, el índice glucémico es más bajo y el azúcar se libera al torrente sanguíneo de manera más gradual.

Cómo reducir las calorías del arroz a la mitad

Un equipo de investigadores del College of Chemical Sciences en Colombo, Sri Lanka, buscó una solución ante esta situación y halló una técnica que podría reducir la cantidad de calorías del arroz a la mitad de su valor original. El método, detallado por la American Chemical Society, es aumentar la proporción de almidón resistente, en relación al digerible.