Día de la Tartamudez: 7 mitos que debemos dejar de creer
Hay mitos que pueden perpetuar ideas erróneas con respecto a las personas que viven con esta condición.
Cada 22 de octubre se conmemora el Día Internacional de la toma de conciencia de la tartamudez, el cual invita a reflexionar sobre una condición que afecta a cerca del 1% de los adultos (70 millones de personas) y al 8% de los niños en todo el mundo, según datos de STAMMA, organización benéfica del Reino Unido.
La tartamudez está rodeada de mitos que pueden perpetuar ideas erróneas con respecto a los individuos que viven con la condición. Los más comunes son los siguientes:
1. Los nervios causan la tartamudez. Falso. “Los nervios no causan la tartamudez. Tampoco deberíamos creer que las personas que tartamudean son propensas a experimentar nervios, temor, ansiedad o vergüenza. Tienen las mismas características de personalidad que aquellas personas que no tartamudean”, dijo la AAT.
2. Las personas que tartamudean son menos inteligentes que las que no tienen dificultades al hablar. Falso. “La tartamudez no conlleva ninguna otra clase de deficiencia ni anormalidad, solo la necesidad de emplear un poco más de tiempo en la exposición del mensaje”, explicó la Fundación Española de la Tartamudez.

3. La tartamudez puede ser “incorporada” por imitación o por escuchar a otra persona tartamudear. Falso. “La tartamudez no puede ser ‘incorporada’. Nadie sabe aún la causa exacta de la tartamudez, pero estudios recientes indican que la historia familiar (genética), el desarrollo neuromuscular y el medioambiente del niño, incluyendo la dinámica familiar, juegan un papel importante en el inicio de la tartamudez”, señaló la AAT.
4. Ayuda decirle a la persona que ‘respire profundamente antes de hablar’ o que ‘piense lo que quiere decir antes de hacerlo’. Falso. “Este consejo solo hace que la persona tome mayor conciencia, haciendo que la tartamudez sea más severa. La respuesta que más puede ayudar es escuchar pacientemente y modelar un habla lenta y clara”, indicó la AAT.
5. El estrés causa tartamudez. Falso. “El estrés no es la causa, pero seguramente puede agravar la tartamudez”, aseguró la AAT.
6. La tartamudez no puede cambiar con el tiempo. Falso. “Hay periodos en la vida en los que se tartamudea menos y otros en los que se tartamudea un poco más. Muchas personas descubren que, a medida que envejecen, tartamudean con menos frecuencia”, afirmó Stamma.
7. La tartamudez siempre es evidente. Falso. “Muchas personas usan métodos para minimizar su tartamudez, en ocasiones o siempre. Esto puede deberse a las reacciones negativas que podrían generar si tartamudean. Podrían anticiparse y cambiar las palabras por otras que puedan decir, o podrían usar una técnica para controlarlo”, explicó Stamma.
Frente a una persona que tartamudea, la AAT recomendó respetar su tiempo y evitar intervenir con consejos como “respira”, así como no completar sus frases. Lo fundamental es prestar atención al contenido del mensaje y no a la forma en que se expresa, aseguró la entidad.
La ATCAT, por su parte, coincidió en la importancia de la empatía y el acompañamiento emocional, recordando que la intervención temprana, especialmente antes de los seis años, puede favorecer una mejora significativa en la fluidez del habla.