Día del síndrome de Asperger: vivir con una condición diferente a la mayoría
Este 18 de febrero se conmemora el día internacional que concientiza sobre este síndrome. Estas personas tienen una alteración que afecta varias esferas de sus funciones y desempeño social.
Tener diagnóstico de Síndrome de Asperger es vivir con una serie de características que engloban una “condición” que la sociedad tiene que entender e incluir y con las que las personas diagnosticadas deben aprender a lidiar para habitar el “mundo de la mayoría”.
En el Día Internacional del Síndrome de Asperger es bueno recordar que se va dejando atrás la denominación de trastorno del espectro autista (TEA) para englobarlo en una condición.
Se trata de una alteración en el neurodesarrollo que, en sus orígenes, “tiene una importante influencia genética, pero que también depende del ambiente, aunque de manera excluyente no se conoce la causa”, explica el neurólogo infantil, Hugo Ruiz Funes.
Asperger: inteligencia superior a la media
“Las personas tienen dificultades en la interacción social, en la flexibilidad y adaptación a lugares e individuos. Son muy selectivos, tienen intereses restringidos y vuelven sobre los mismos temas”, describe Ruiz Funes, quien se desempeña en el Centro de Diagnóstico Marchegiani y en Neoclínica.
Otra característica es la dificultad sensorial en cuanto a tolerar determinados gustos, texturas, olores, luces o ruidos intensos. Un rasgo que suele llamar la atención es la entonación con que hablan: puede ser neutra o de un lenguaje extranjerizado.
Y otro aspecto llamativo es que prácticamente “no entablan contacto visual y, por otro lado, tienen dificultades en la comprensión semántico-pragmática”, continúa Ruiz Funes. Esto implica que tienen problemas para comprender bromas, metáforas, el doble sentido y son sumamente literales.
A pesar de tener una inteligencia normal o superior a la media, suelen hallar inconvenientes de aprendizaje porque muchas veces se presentan otras condiciones asociadas, como atención dispersa o problemas de conducta debido a que no comprenden los códigos sociales.
“El síndrome de Asperger puede ser leve, moderado o severo y las personas pueden tener algunas de las características, pero no necesariamente todas”, aclara el neurólogo.
Asperger: Cómo es su diagnóstico y tratamiento
El diagnóstico se realiza con una serie de test específicos que permiten objetivar el cuadro y “los administran profesionales certificados”, remarca Ruiz Funes.
El equipo de tratamiento es interdisciplinario y dependerá de las características de cada persona. Puede estar integrado por profesionales de la psicopedagogía, psicología, psicomotricidad, fonoaudiología, terapia ocupacional, acompañante terapéutico y neurología.
Especialistas consultadas coinciden en que el medio y la familia son determinantes para que las personas con Asperger puedan desarrollar su potencial.
“El tratamiento psicológico tiene un enfoque psicoeducativo, ya que consiste principalmente en el desarrollo de habilidades sociales y comunicativas, habilidades de cognición social, adquisición de estrategias de autorregulación, organización y planificación”, afirma Susana Davila, psicóloga de orientación cognitivo conductual, quien se desempeña en el Centro de Rehabilitación “Sanar” y en el Centro Terapéutico “Despegar Inclusivo”.
Asimismo, “es de suma importancia ayudar a la persona a que pueda reconocer sus habilidades e intereses especiales, orientándola funcionalmente y que aprenda a gestionar aquellas situaciones que le generan un alto nivel de estrés”.
Davila aporta que “los enfoques terapéuticos actuales incluyen elementos de la neuropsicología, la psicología cognitiva-comportamental, y se apoyan en el uso de guiones de actuación, historias sociales y todas aquellas estrategias que ayudan no solo a hacer explícitas las normas sociales, sino que colaboran a desenvolverse en entornos sociales de una manera ‘amigable’ con ellos mismos”.
Desde otra perspectiva psicológica, Andrea Gaumet explica que “en la particularidad del tratamiento psicoanalítico se trabaja en sesiones donde la palabra y el juego tienen el centro de la escena. Tratamos de comprender cómo funciona la mente de nuestros pacientes para poder explicárselo a ellos y a sus padres (en caso de menores de edad). Trabajamos la angustia emergente, el entramado familiar, los vínculos, y ante este despliegue el paciente, en general, tiene notables avances”.
La importancia de eliminar etiquetas
Será por las características de las personas que tienen síndrome de Asperger y por la facilidad con que se “diagnostica” y etiqueta lo que se necesita clasificar, que es común escuchar “es un Asperger” para cualquiera, en cualquier situación de escasa sociabilidad y empatía.
Utilizada así, la denominación suena despectiva y no ayuda a incorporar la condición de las personas que viven con Asperger. “Las series y películas que han mostrado a personas con Asperger, información masiva en redes sociales como también sugerencias de personalidades del mundo del deporte o del espectáculo que se han asociado con esa descripción, han permitido que este término se utilice en otros contextos que no son los necesariamente adecuados”, señala Gaumet.