Los 6 beneficios comprobados del yoga facial y cómo empezar hoy
Es una práctica sencilla que promete resultados visibles y un cambio que va más allá de lo estético.
La cara tiene 57 músculos que, como los del cuerpo, se debilitan si no se entrenan. El yoga facial propone ejercitarlos con movimientos, posturas y estiramientos que, además de mejorar la circulación, ofrecen un efecto de rejuvenecimiento natural.
La instructora certificada Jazmín Tella, entrenadora de celebridades en Reino Unido, lo explica así: “El yoga facial es un enfoque holístico de la belleza que emplea técnicas naturales de rejuvenecimiento. Estos ejercicios promueven la relajación, mejoran la circulación y tonifican los músculos, lo que resulta en una apariencia más joven y radiante”.
Mucho más que una tendencia de redes
Aunque se popularizó en 2020 gracias a Instagram y Zoom, los especialistas insisten en que no se trata de un truco viral. Para Tella, es una práctica con impacto físico y emocional: “Más allá de los simples ejercicios, el yoga facial incorpora meditación, conciencia postural y recuperación de la confianza en uno mismo. Te ayuda a amar a la persona que ves en el espejo”.

La lógica es simple: donde van los músculos, también va la piel. Y al tonificarlos, se redibuja el óvalo facial, se suavizan arrugas y hasta se corrige la flacidez del cuello.
Seis beneficios comprobados del yoga facial
Entre los efectos que destacan los expertos se encuentran:
- Mejor tono muscular: fortalecer los músculos faciales se traduce en una piel más firme.
- Alivio de la tensión: libera músculos sobrecargados, responsables de arrugas no deseadas y dolores cervicales.
- Mayor circulación sanguínea: un ejercicio rápido puede aumentar el flujo y devolver luminosidad al rostro.
- Suavizado de líneas finas: un estudio de la Universidad Northwestern mostró que las mujeres que practicaron yoga facial durante 20 semanas parecían hasta tres años más jóvenes.
- Reducción de asimetrías: trabajar ambos lados de la cara ayuda a equilibrar gestos y expresiones.
- Perfil definido: al tensar cuello y mandíbula, se logra un aspecto más estilizado y descansado.
Una alternativa al botox y al bisturí
A diferencia de las neurotoxinas, que inmovilizan los músculos, el yoga facial busca relajarlos sin bloquear expresiones. “Nos permite conservar nuestra singularidad y nuestras emociones, mientras rejuvenecemos”, afirma Tella.
Ese punto lo diferencia de otros métodos estéticos: en lugar de borrar la expresividad, la potencia. Una sonrisa genuina o unas patas de gallo sutiles son parte de la comunicación no verbal y, bien gestionadas, suman empatía y autenticidad.
Los expertos coinciden en que lo ideal es practicar al menos 20 minutos al día durante seis semanas para notar resultados visibles. Y como toda disciplina, la constancia es clave.