Moho en la fruta: ¿cortar o desechar? Lo que dicen los especialistas
Cuando detectamos moho en una fruta refrigerada, lo habitual es pensar que alcanza con retirar la zona visible para salvar el resto, esto ¿es correcto?
Encontrar una fruta con moho en la heladera es una situación habitual en cualquier hogar. La reacción más común suele ser cortar la parte afectada y consumir el resto. Sin embargo, expertos en salud alimentaria advierten que esta práctica puede ser riesgosa: el hongo puede expandirse más allá de lo visible y comprometer la inocuidad del alimento.

El riesgo oculto del moho
Aunque parezca que el moho está localizado en una pequeña zona de la fruta, las esporas y las raíces del hongo (hifas) pueden penetrar profundamente en su interior. Esto ocurre especialmente en frutas blandas o jugosas como duraznos, peras, frutillas o naranjas, donde la humedad facilita la propagación silenciosa del hongo.
Según el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA), cuando se detecta moho en este tipo de frutas, la única medida segura es desechar todo el alimento. A diferencia de productos más secos o de textura firme, las frutas blandas no ofrecen resistencia al avance del hongo.
Qué recomiendan los especialistas
La médica estadounidense Darin Detwiler, experta en seguridad alimentaria, explica que el moho visible es solo una parte del problema. “La fruta podría estar completamente comprometida en su interior, aunque en la superficie parezca intacta”, señala.
Por eso, ante cualquier signo de moho en frutas de textura blanda, lo aconsejable es no arriesgarse: desechar la pieza completa y limpiar correctamente el espacio de la heladera donde estuvo almacenada. En el caso de frutas duras como manzanas, podría evaluarse cortar la parte afectada con al menos 2,5 centímetros de margen, aunque no es lo ideal.

Cómo prevenir la aparición de moho en frutas
Para evitar el desarrollo de hongos en frutas refrigeradas, los expertos sugieren:
- Conservar las frutas en recipientes ventilados o bolsas perforadas para evitar acumulación de humedad.
- No lavar las frutas antes de refrigerarlas, ya que el exceso de agua favorece el crecimiento de moho.
- Revisar regularmente el estado de los productos frescos para detectar a tiempo cualquier deterioro.
- Limpiar periódicamente la heladera con vinagre blanco o bicarbonato de sodio, desinfectando especialmente los cajones donde se guardan frutas y verduras.
Aunque parezca un gesto inofensivo, cortar la parte mohosa de una fruta puede no ser suficiente para proteger la salud. El moho, cuando aparece en frutas blandas, suele ser apenas la punta del iceberg. La recomendación es clara: ante cualquier signo, desechar la pieza completa. Prevenir, en este caso, es cuidar.
Frente al moho, la mejor decisión no es ahorrar, sino cuidar la salud: si una fruta está contaminada, lo más seguro es desecharla por completo.