Dormir en pareja tiene sus ventajas emocionales, pero también puede convertirse en una fuente de agotamiento físico, especialmente cuando uno de los dos ronca o se mueve demasiado. Esta situación afecta más a las mujeres, quienes, por razones hormonales y fisiológicas, tienen un sueño más liviano y son más sensibles al ruido que los hombres.

Según la Dra. Kneginja Richter, especialista en medicina del sueño y portavoz del comité científico de la Sociedad Alemana del Sueño (DGSM), las mujeres suelen tener dificultades para dormir profundamente cuando su compañero ronca. Sin embargo, prefieren seguir compartiendo la cama.

Esto, que parece contradictorio, tiene explicación. Durante el sueño REM, etapa donde ocurre la mayoría de los sueños, el cuerpo libera oxitocina, una hormona relacionada con el vínculo emocional. Esta sustancia, también conocida como “hormona del amor”, se potencia en situaciones de cercanía física, lo que genera sensación de bienestar incluso si el descanso no es óptimo.

“Probablemente por eso las mujeres soportan los ronquidos y quieren dormir junto a su pareja, aunque objetivamente duerman peor”, afirma Richter.

El ronquido no es solo un ruido molesto

Más allá de lo que se percibe como una simple molestia sonora, el ronquido fuerte puede ser un signo de apnea obstructiva del sueño, una condición que afecta más a los varones. Esta alteración se caracteriza por interrupciones breves pero frecuentes de la respiración mientras se duerme.

Las causas suelen ser anatómicas: cuellos más anchos, acumulación de grasa visceral y vías respiratorias más estrechas favorecen el colapso de la vía aérea superior.

Apnea obstructiva del sueño, la forma más común, que ocurre cuando los músculos de la garganta se relajan. (Foto: Shutterstock)
Apnea obstructiva del sueño, la forma más común, que ocurre cuando los músculos de la garganta se relajan. (Foto: Shutterstock)

Por eso, si el ronquido se acompaña de jadeos, pausas respiratorias o somnolencia durante el día, es recomendable consultar con un especialista. Dormir mal afecta la memoria, el estado de ánimo, el rendimiento y hasta la salud cardiovascular.

Soluciones que mejoran el descanso y la convivencia

Cuando la situación no implica una patología, existen recursos simples y eficaces para mejorar el descanso sin tener que dormir separados. Entre las recomendaciones que brinda la Dra. Richter se destacan:

  • Tapones para los oídos. Son una opción económica y efectiva ante ruidos moderados.
  • Acostarse antes que la pareja. Dormirse primero permite entrar en etapas más profundas del sueño antes de que comiencen los ronquidos.
  • Camas más anchas. Optar por una cama de al menos dos metros de ancho crea una “zona de seguridad” entre ambos.
  • Colchones individuales. Ayudan a reducir las vibraciones que genera el movimiento del otro durante la noche.

Sin embargo, si estas medidas no alcanzan, no hay que descartar dormir en habitaciones separadas. Lejos de ser un signo de crisis en la relación, esta decisión puede mejorar el descanso, el bienestar general y hasta la vida sexual.

“Las camas separadas suelen asociarse con problemas de pareja, pero en realidad pueden fortalecer el vínculo”, asegura Richter.

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