Con la llegada del invierno y el descenso de las temperaturas, el aire acondicionado en modo calor se consolida como una alternativa cada vez más común para calefaccionar espacios. Su practicidad y rapidez lo vuelven una opción tentadora, pero también plantea interrogantes sobre su consumo eléctrico y eficiencia frente a otros sistemas.

¿Cuánta energía demanda realmente? ¿Qué aparatos consumen más? ¿Cómo mantener el confort sin generar un gasto excesivo? Las respuestas están en los números: el comportamiento del consumo eléctrico en el hogar revela mucho más de lo que parece, y ajustando algunos hábitos, es posible mantener el calor sin desequilibrar la factura.

Cuánta energía consume el aire acondicionado en modo calor

De acuerdo con información de Edesur, un aire acondicionado funcionando en modo calor, con el termostato ajustado a 20 °C, consume aproximadamente 1,01 kWh por hora. Este consumo puede aumentar si se sube la temperatura: por cada grado adicional, la demanda energética crece entre 7% y 9%. Por eso, mantener el equipo en una temperatura moderada es clave para evitar aumentos en la factura.

Aire acondicionado en invierno: a qué temperatura hay que ponerlo para no gastar de más

En el caso de los modelos con tecnología inverter, si bien su precio inicial es más elevado, ofrecen una mayor eficiencia energética a lo largo del tiempo. A diferencia de los equipos tradicionales que encienden y apagan continuamente, se ajustan de forma automática la potencia del compresor para mantener estable la temperatura deseada. Esto permite evitar picos de consumo y extender la vida útil del equipo.

Aunque en su fase inicial de encendido pueden consumir hasta 1,20 kWh por hora, una vez alcanzada la temperatura programada, el consumo se reduce considerablemente, llegando a ser de 0,4 a 0,6 kWh por hora en modo de mantenimiento. Gracias a este funcionamiento progresivo, pueden ahorrar entre un 30% y un 40% de energía en comparación con un aire acondicionado convencional, especialmente en usos prolongados.

Aire acondicionado en invierno: a qué temperatura hay que ponerlo para no gastar de más

Por eso, si bien representan una inversión mayor, son más recomendables para quienes usan el equipo durante varias horas al día o desean minimizar el impacto en la factura eléctrica sin resignar confort.

Consejos para calefaccionarse y optimizar el uso de energía

Por otra parte, la empresa destaca que más allá del aparato elegido, el uso que se le da y el estado del hogar son claves para controlar el consumo eléctrico.

Una de las más importantes es mejorar el aislamiento: sellar puertas y ventanas con burletes o masilla evita que se escape el calor. También es útil aprovechar la luz solar, manteniendo las cortinas abiertas durante el día y cerrándolas al caer la noche para conservar la temperatura interior.

En cuanto a la ventilación, abrir las ventanas entre cinco y diez minutos al día es suficiente para renovar el aire sin enfriar la casa. Además, cerrar los ambientes que no se usan ayuda a concentrar el calor solo donde se necesita.

Otra recomendación es apagar los equipos cuando no haya nadie en la habitación. También conviene desconectar los aparatos que no estén en uso y, si es posible, usar herramientas como la calculadora de consumo disponible en el sitio web de la empresa, que permite estimar el gasto mensual según el tiempo de uso y la cantidad de electrodomésticos.

Con decisiones informadas y ajustes sencillos, es posible mantener el confort térmico en invierno sin que eso implique un aumento desmedido en el consumo eléctrico.