Investigan en Iran el envenenamiento de 650 niñas para evitar que fueran a la escuela
Al menos 650 estudiantes de escuelas femeninas en Irán fueron envenenadas. Un alto funcionario del gobierno finalmente admitió que las atacaron de forma deliberada.
Ninguna de las niñas ha muerto, pero decenas fueron ingresadas en hospitales con problemas respiratorios, náuseas, mareos y fatiga.
"Se hizo evidente que algunas personas querían que se cerraran todas las escuelas, especialmente las de niñas", declaró el viceministro de Salud de Irán, Younes Panahi.
Las niñas fueron envenenadas con químicos
Hasta entonces la única declaración oficial era que el fiscal general había abierto una investigación penal sobre el envenenamiento y que este podría ser "intencionado".
En los últimos tres meses las colegialas aseguraron haber percibido olor a mandarina o pescado podrido antes de enfermar.
"Los productos químicos empleados no son de uso militar y están disponibles al público", indicó el viceministro Panahi.
Agregó que las víctimas "no necesitan tratamiento invasivo y hay que mantener la calma".
Después matizó que su declaración había sido "malinterpretada", una señal de división entre de las autoridades sobre cómo manejar el malestar social cuando no se ha señalado públicamente a un culpable.
La ciudad santa de Qom es el epicentro del envenenamiento masivo, pero los ataques se han producido en hasta ocho localidades de Irán.
El descontento público sigue en aumento en el país
Un médico relató al diario 'The Guardian' que "la causa más probable de este envenenamiento podría ser un agente organofosforado débil". Además, este experto, bajo la condición de anonimato, afirmó al periódico británico de que "el motivo era asustar a los manifestantes dentro y fuera del país" así como "vengarse de las estudiantes", que son quienes empezaron las protestas.
Irán lleva meses inmerso protestas desde la muerte el 16 de septiembre de la joven Mahsa Amini bajo custodia de la policía moral. Ubicada a 150 km al sur de Teherán, la ciudad de Qom es el centro de estudios religiosos chiítas en Irán.
Las nuevas protestas ponen de manifiesto que el descontento popular permanece a pesar de una represión que ha causado casi 500 muertos y 20.000 detenidos, de los que varios cientos han sido condenados a penas de prisión y 17 a la horca.
También resonó en las marchas nocturnas el “mujer, vida, libertad”, eslogan de las protestas protagonizadas sobre todo por jóvenes y mujeres en las que piden más libertades y el fin de la República Islámica.
Estas nuevas protestas se producen tras varias semanas de relativa calma, en las que las manifestaciones habían prácticamente desaparecido a consecuencia de la represión estatal y en particular de las ejecuciones de manifestantes.